Hay dos cosas que me hacen sentir vivo: el rugido de una moto al amanecer y el primer sorbo de un buen café.
Nací entre el olor del motor y el aroma del café recién molido.
Soy Guillermo Guzmán, y así empezó todo.
Durante años recorrí las carreteras de México buscando dos cosas: rutas perfectas… y cafés que realmente me sorprendieran. No esos que prometen mucho y saben a poco. Buscaba algo con alma. Con carácter. Como las motos clásicas: sencillas, potentes, inolvidables.
Fue en las montañas de Teocelo, Veracruz, donde encontré lo que hoy quiero compartir contigo. Café arábica cultivado en altura, tostado con respeto y con notas dulces a canela, mantequilla, avellana y chocolate. Lo probé, cerré los ojos… y supe que era el inicio de algo grande.
Así nació Café Guzmán MX.
Una marca hecha para quienes, como yo, buscan calidad sin pretensiones, sabor real y una conexión profunda con lo que consumen.
Aquí no hay nada instantáneo. Todo se cultiva, se tuesta, se empaca y se entrega con intención.
Desde mi pasión por las motos hasta mi obsesión por el buen café, lo que hago tiene un solo objetivo: llevar a tu taza un pedazo de México auténtico, libre y vibrante.
¿Por qué Café Guzmán MX?
Porque no es solo café.
Es una historia que se bebe.